viernes, 28 de diciembre de 2012

Programa doble: Los horrores de la guerra

Proponen: Rubén y Víctor
Comenta: José Antonio


Saludos golfantes. Hoy tenemos en nuestro blog programa doble. Se trata de dos películas que trajeron a nuestro cineclub Rubén y Victor. No se trata de comparar cuál es mejor. Como ambas trataban el mismo tema pero desde perspectivas muy diferentes, me ha parecido interesante agrupar los dos comentarios en uno. Aunque los detractores de las entradas al blog largas se caguen en mis muertos. Aún así, trataré de ser breve. El tema son los estragos que causó la dictadura nazi durante la Segunda Guerra Mundial en escenarios bien distintos: Italia y Rusia. Se trata de “Roma ciudad abierta” y de “Masacre. Ven y Mira”.



La primera es una de las obras cumbres del neorrealismo italiano y está dirigida por Roberto Rosellini en 1945. La película está filmada cuando los italianos todavía están expulsando al ejército alemán de su país y sus escenarios nos muestran la devastación de Roma como consecuencia de la guerra. Arrasados los estudios de Cinecittà durante un bombardeo, los cineastas italianos recurrieron a los espacios naturales para contar sus historias y recurriendo a actores no profesionales. La cinta tiene un cierto fondo de idealismo, que muestra como héroes a todos aquellos que lucharon contra los nazis desde la clandestinidad y que no dudan, en caso de llegar el momento, de dar sus vidas por su país. Siempre me ha dejado la sensación de que Rosellini también buscaba ganarse adeptos para la causa y movilizar al pueblo contra el enemigo común. No hay que olvidar que en el año en que se filma, todavía quedan nazis en Italia, por lo que seguramente se buscaba con ella el reclutar a algún posible indeciso.


La segunda de las películas se rodó en circunstancias muy diferentes. En 1985, la Unión Soviética encargó al cineasta Elem Klimov esta obra para conmemorar el 40 aniversario de la expulsión de las tropas de nazis del país. Aquí no hay idealismo que valga. Se trata de una película dura, en algunos momentos difícil de soportar, que trata de reflejar la barbarie que hicieron los nazis en su invasión de Bielorrusia. No hay lugar para el heroísmo. El protagonista es un niño que es movilizado para ir al frente y básicamente no hace nada en toda la película excepto llorar y huir a medida que se  enfrenta al horror. Los guerrilleros se enfrentan a un enemigo que elimina sistemáticamente todas las aldeas por las que pasa, sin importar que sólo queden mujeres y niños. El rostro del protagonista va cambiando a medida que avanza el metraje, conforme van aniquilando su inocencia, hasta el punto de que en los momentos finales parece el de un anciano. Las calles de Roma se ven sustituidas aquí por los bosques de Bielorrusia y sus aldeas, que sirven de refugio para los luchadores de la resistencia. Se trata de una película bastante desconocida para el público en general, pero quizá se deba a que su dureza no la convierte en un plato al gusto de todos. Al verla recordé una peli reciente protagonizada por Daniel Craig, “Resistencia”, que contaba precisamente la lucha heroica de estas milicias que combatían a los nazis desde los bosques.


Dado el retraso que tenemos en el blog, aunque en las últimas semanas la cosa se ha movido un poco más, si hubiera caído una tercera película sobre la Segunda Guerra Mundial se podría haber incluido aquí también para hacer el tres en uno. También está la opción de repasarse también el comentario de “La hora 25” entre las entradas viejas del blog. Al final me ha quedado más corto de lo que pensaba. Nos vemos en el próximo.





viernes, 21 de diciembre de 2012

La leyenda del fin de la humanidad

Propone: Miguel
Comenta: Rubén




No creo que los Mayas vayan a tener razón y tampoco creo que el 21 de diciembre de 2012 se acabe el mundo. Quizá los vecinos de Jaén, que llevan cuarenta terremotos en tres días puedan intranquilizarse un poco, pero estoy seguro de que allí nadie con un mínimo de formación espera el fin de nuestro planeta, aunque quizá estén alerta ante un temblor que pueda causar daños y espero fervientemente que no se produzca y si desgraciadamente acontece, que no sean cuantiosos esos daños y que no haya pérdida de vidas.

Hoy vamos a hablar de otro fin de la humanidad, el que recrea la película Soy Leyenda. Pero hay que matizar un poco sobre qué versión, pues la película así titulada es la tercera adaptación cinematográfica de la novela homónima de Richard Matheson. La primera versión es del año 1964, protagonizada por Vincent Price, con el título de El último hombre sobre la tierra; posteriormente, en el año 1971, se rodará la película El último hombre vivo, con Charlton Heston y finalmente, en el año 2007 se grabó Soy Leyenda, con Will Smith y que es la cinta que ahora nos ocupa.


Sus guionistas fijaron el fin de la Humanidad para 2009, en fechas próximas a las Navidades, pues un poco antes del solsticio de invierno, la doctora Krippin, intentando crear una vacuna que salvará a los seres humanos del cáncer, siembra la destrucción de nuestra raza. Ciertamente, muchas culturas que han tenido al Sol como referencia, especialmente todas las que tuvieron una religión solar, sitúan el fin del mundo en este día, pero antropológicamente hablando, el fenómeno responde al ciclo solar, a su observación y al renacer del Astro Rey que desde verano mengua hasta renacer y comenzar a crecer de nuevo. El festival del Sol Invictus en el calendario romano es una buena muestra de ello, “casualmente” se celebraba el 25 de diciembre. Y el fin de la era de los mayas seguro que es algo similar.


Ya sea azar del destino, casualidad de los guionistas o que ya en aquel lejano 2007 rondaba la idea del fin del mundo en estas fechas tan entrañables, lo cierto es que por culpa del virus de la Krippin, no se llegaron a celebrar las Navidades en paz y morimos el 90% de la población mundial. Bueno, morir, morir, lo que se dice morir va a ser que no, pues el virus mutado transformó al los supervivientes en una especie de vampiros zombies. Vampiros por un lado pues mueren en contacto con la luz, son fotosensibles; y por otro, zombies pues se alimentan de lo que pillan y han perdido cualquier rasgo de sociedad. Particularmente, sigo sin ver el rasgo zombie pero se comentó el día del debate.


Eso sí, las escenas de una Nueva York deshabitada durante el día, mientras el asfalto ha cedido ante el poder de la Madre Naturaleza, con animales sueltos por Madison Square impresionan mucho, aunque no me creo que en tres años los árboles puedan crecer tanto. Pero por muy bucólico e idílico que sea el paraje, un hombre solo durante tres años acaba volviéndose un poco rarito. Hablamos de tres años porque la línea temporal de la película no es cronológica ya que la película alterna acciones actuales con recuerdos del protagonista y tenemos como término ante quem 2009 y como post quem 2012. Y así llegamos en el hilo de la película hasta este nuestro año. El hombre solitario instala maniquíes para fingir conversaciones y su vida es muy rutinaria hasta que caza a la hembra alfa y enfurece al machito de la manada “zombivampírica” y se desencadena la ira.


Finalmente, la Humanidad se salva por el “Efecto Mariposa” pero no en el sentido en el que lo conocemos, sino por el que hay en la película. Y si quieres, querido lector, saber cuál es ese otro enfoque, tendrás que verla.

martes, 18 de diciembre de 2012

Supuesto hito generacional

Propone: Nando
Comenta: Pepe




Si naciste a finales de los setenta, creciste en los ochenta viendo la movida por la tele rodeado de electroduendes pastilleros y similares, te creíste que lo podías tener todo, te diste el batacazo en los noventa, te hiciste nihilista, dejaste de madurar en el año 2000 y ahora haces lo posible por sobrevivir enganchado a facebook y sueñas tal vez con comprarte el último móvil de moda, puede que esta sea tu película y puedas considerarla hasta un hito generacional, y dirás a quien te quiera escuchar que es una película “brutal”, que es la palabra que utilizas para decir que algo te parece estupendo, aunque yo siempre he pensado que lo brutal y la brutalidad es en sí algo malo.

Igual hasta te consideras muy cinéfilo/a por tenerla comprada en dvd, y te parece una pasada el dilema moral del protagonista y por supuesto te orgasma que al final se dirija directamente al espectador (eso sí que es innovador colega). Efectivamente Trainspotting te ajusta como anillo al dedo, hasta te hará creer que entiendes de cine. Pero no.


Por lo demás Traispotting es una película que empieza con un tono ligero que se va amargando a lo largo del metraje, y es en ese momento en el que juega su mejor baza. Tiene secuencias sobrecogedoras en el piso de los yonkis, o esa larga secuencia rodada desde el fondo de una alfombra (mientras suena Perfect day, de Lou Reed), durante la sobredosis del protagonista. Toda la película está rodada con envidiable pulso y gran poder visual por su director, un por entonces casi debutante Danny Boyle que se vio lanzado a la fama junto con su actor protagonista, Ewan McGregor. La banda sonora está llena de hits noventeros muy bien traídos. En un papel secundario, a punto de saltar también a la fama, Robert Carlyle, borda su aportación como pendenciero alcohólico escocés. Todo el elenco forma un grupo bastante cohesionado, la fotografía de un realismo sucio en los suburbios de Edimburgo le va muy bien al tono general, y sabe mezclarse con momentos de lírica irrealidad…



Me estoy dando cuenta de que en realidad la película está muy bien y me gusta bastante. Igual a mi lo que me pasa con Trainspotting es algo parecido a una pintada que vi una vez (en una noticia de facebook, por supuesto). Aquella pintada decía: “No tengo nada contra Dios. A quien no soporto es a su club de fans”. Lo malo a veces es no soportar a un club de fans del que formas parte. Pues eso. 



viernes, 14 de diciembre de 2012

Dibujos adultos, dibujos para adultos

Propone: Belén
Comenta: Rubén




Los dibujos animados son una parte inolvidable de nuestra infancia y me parece que retoman el motivo clásico de las fábulas (ya salió la mención al Mundo Clásico) adaptadas a los tiempos modernos, pues gran cantidad de estas aventuras animadas de ayer y hoy tienen como protagonistas a animales antropomórficos o personificados de cuyas aventuras con frecuencia pueden extraerse moralejas, mayoritariamente que se logra más con ingenio que con fuerza, aunque la mayoría de las veces responde a personajes estereotipados en cuyas historietas el espectador asume que el coyote nunca alcanzará al correcaminos, o que Silvestre nunca le hincará el diente a Piolín, por citar unos ejemplos. Pero esto es únicamente una opinión personal que me ha servido para introducir el comentario sobre la película de animación Chico y Rita que vimos en el cineclub a propuesta de Belén. Se trata de una cinta codirigida por Fernando Trueba que aportó sus conocimientos sobre el jazz latino y Javier Mariscal que dibujó los personajes y ambientaciones con su genio creativo.


Este film no tuvo el éxito de taquilla esperado precisamente por un problema de comunicación: era una película de dibujos animados distribuida por la Disney y el público rápidamente pensó que era una película familiar y para todos los públicos. Pero nada más lejos de la realidad pues la obra está salpimentada con escenas sensuales, de drogas y violencia con algunos asesinatos a sangre fría y algo de sexo más implícito que explícito, amén de ciertos desnudos y... ya me estoy pareciendo a mi abuela. Bueno, lo que quiero decir es que no es una película para niños y que su fracaso en taquilla no tiene o tuvo nada que ver con el contenido o forma de la cinta, sino más bien del público que asiste a las salas de proyección sin enterarse de qué van a ver (recordemos los sucesos con la reciente The Artist, pero no aquí).


Respecto al contenido, la historia que narra no es algo excepcional. En una Cuba actual, un viejo limpiabotas, nuestro protagonista Chico Valdés, antaño virtuoso del piano y del jazz, recuerda en su destartalada casa una historia de amor vivida con una cantante, la deuteragonista Rita Martínez (luego se cambia el apellido a La Belle), antes de la Revolución. La película prácticamente se desarrolla en el recuerdo del viejo cual Marcel Proust En busca del tiempo perdido, y no es una cita pedante, sino a colación con la película. Gran parte del film es la evocación de ese tiempo perdido hasta que pasa lo que no voy a contar para no desentrañar el final. Sus recuerdos recorren la vieja Habana, Nueva York y París e incluso Las Vegas.


Atendiendo a su forma, la película destaca por los “exteriores” de la ciudad vieja de La Habana. Esto se debe a que Mariscal encontró un archivo de fotografías de las esquinas de la ciudad que databa de 1949 y que el gobierno había conservado. La película está animada mediante rotoscopiado (cito wikipedia en alarde de intertextualidad: El rotoscopio es un dispositivo que permite a los animadores diseñar imágenes para películas de animación. Puede ser usado para animar siguiendo una referencia filmada en vivo.) pero con trazo negro como novedad, es decir, como en la mayoría de cómics o tebeos. Cabe destacar también la importancia de la luz en los paisajes. Mientras en La Habana todo es claro y luminoso con un sol radiante y espléndido, en Nueva York o París que simbolizan un distanciamiento en la trama de la película, los días siempre son grises, quizá nos enfrentemos a una naturaleza puesta al servicio del drama.
Antes de finalizar, indico que la banda sonora es una pasada si te gusta el primer jazz latino de Bebo Valdés, Tito Puente y Chano Pozo entre otros. Y Estrella Morente (que sí era ella al hilo de lo que comentamos en su proyección), se interpretó a sí misma.

Un ejemplo de la técnica empleada en la película