miércoles, 18 de agosto de 2010

200 pelis en Cine Club Golfa

Justo antes del parón estival que ha supuesto la programación del seminario CINÉTICAS para Hostal de Sal, Esther, la última en incorporarse a nuestro club, tuvo el honor de estrenarse nada más y nada menos que con la película 200. Como conmemoració especial, publicamos aquí la presentación de su película que tan amablemente nos ha pasado por escrito.

In the Cut -Jane Campión, 2003-: El fin de los cuentos de hadas

Por Esther Marín Ramos

In the Cut -2003, mal traducida al castellano como En carne viva- es una coproducción entre Australia, Estados Unidos e Inglaterra, dirigida por, la neozelandesa Jane Campion. Está basada en la novela erótica, que llegó a convertirse en best seller de Susanne Moore con el mismo nombre, y producida por Laurie Parker y Nicole Kidman. No pasa desapercibido, para empezar, la altísima participación de mujeres en la elaboración del filme: texto original, guión cinematográfico, dirección, producción, y por supuesto, protagonismo dramático.


Meg Ryan hace el papel de Frannie, una Meg Ryan en su primer papel tras su escandalosa separación, haciendo una interpretación muy inusual en ella, curiosamente Nicolekidmanizada -actriz fetiche, y gran amiga de la directora, para quien seguramente iría dirigido este papel en principio-. Y es que Jane Campion repite en todas sus historias un perfil de mujer-protagonista muy similar, en el que se retrata a sí misma como es usual en otros directores-autores, el perfil de una mujer de inteligencia notable, muy consciente y sensible pero distante –y recordamos a la Kidman haciendo de musa de Guido en Nine (2009), rebelándose a la idealización en que la mantiene atrapada Fellini-. Una mujer contenida, como forma de prudencia o incluso de rebeldía, frente a un entorno que poco tiene que ver con su verdadera naturaleza. Esta es la gran tragedia que Campion dibuja en todas sus películas: mujeres silenciosas que intentan recobrar su voz sin ser castigadas por Barba Azul – cuento al que alude en este filme y también en El Piano-, aludiendo a su propio camino como autora en general, y más concretamente a su irrupción en el ámbito cinematográfico dominado por hombres especialmente cuando ella empieza.

Jane Campion, que ya con su primer cortometraje ganó la Palma de Oro en el festival de Cannes en el 86 -Peel, un jercicio de disciplina-, lo que repetiría con el largo El piano (1993) -siendo la primera mujer y la única, por ahora, en conseguir este galardón-, abrió en el cine un camino nuevo, una mirada femenina muy consciente de su posición en la realidad social a la que abría, que reivindica un espacio propio en la expresión de la dificultad que la voz sutil y delicada de lo creativo-femenino encuentra cuando intenta sobrevivir en un entorno que le es adverso. Todo ello, en tramas que beben de David Linch, su director de cine favorito, que mezclan lo delicado con el terror, como en los tradicionales cuentos de hadas, usuales refencias también en sus producciones, con un giro, por supuesto, totalmente distinto, premeditadamente postmoderno, pero no ahogado en el desencanto sin propuesta.

Otras películas de la directora son Sweetie (1989), An Angel at My Table (Un angel en mi mesa),1990; El piano (The Piano) 1993; Retrato de una dama (The Portrait of a Lady) 1996; Holy Smoke (Humo sagrado), 1999; y Bright Star, sin estrenar… en España.

En concreto, la genialidad de In the Cut radica en haber introducido la sensibilidad y el trato poético al que esta directora nos tiene acostumbrados dentro de un formato completamente opuesto, entre el thriller, el género policiaco -ambientada en el Bronx de Nueva York-, y el cine erótico, es decir, nada que ver con el perfil romántico, o de época de sus películas más conocidas como El piano o Retrato de una dama. Y sin embargo, la Campion, no deja de decir lo mismo que en sus películas anteriores, pero, en este caso, la directora y su elenco de colaboradoras parecen decididas a contarlo controlando el nivel metacomunicativo de la ficción, desde un lenguaje mucho más agresivo, lo que me parece un acierto que admiro. Es como si se hubieran dicho: Vamos a contar cómo sentimos nosotras pero de manera que ellos también puedan entendernos, en un formato atractivo para el género masculino -y perdón por la generalización, ya sé que los roles están cambiando (Pola Oloixarac, Las teorías Salvajes, 2010…), pero Campion es de otra generación…-.

La historia parte de un sentimiento de desconfianza hacia la vida en general y hacia el amor en concreto, y muestra el proceso o camino de salida al aprender a proteger lo delicado del horror, del lobo, de manera constructiva, no poniendo barreras a la experiencia, sino aprendiendo a usar las armas necesarias para cuidarse del peligro -el detective Malloy (Mark Ruffalo, Mi vida sin mí, y Olvídate de mí) enseña a disparar a Franie, lo que será decisivo en la resolución de la trama-.

Este sentimiento trágico, del que gusta beber a Campion, reluce en una bella escena entre las dos mujeres –la que muere y la que sobrevive-, en que la escéptica Frannie recita a su hermana, la espontánea e irracional Pauline -Jennifer Jason Leigh-, unos versos del poeta inglés del romanticismo, Samuel Taylor Coleridge:

"Triste, enamorado, enfermo en el alma, y desocupado corazón humano
cansado,
venera el espíritu de la vida inconsciente del árbol o la flor silvestre
… loca entrañable…"

- ¿Esa soy yo? ¿una loca entrañable?, concluye Pauline, mientras se oye de fondo la letra de una canción -traduc. del inglés-: "no quiero esperar en vano el amor real…"

Presentación para Cine Club Golfa del miembro 16, el día 16, del 6 del 10. Película 200… ;)

3 comentarios:

J. Antonio dijo...

Lo siento, pero para aquel que le interese esta historia le recomendaría que viera "Terciopelo Azul". Mi criterio es el de quedarse con el original y descartar imitaciones. En este caso, lo único que podría aportar alguna novedad es que es la historia desde el punto de vista una mujer. Sin embargo, aquí, ni eso. Los personajes no son creíbles y poner un par de detalles morbosos no siempre aporta morbo a la historia.

Pepe dijo...

A mi lo que me parece muy triste y desalentador, enlazando con el final del comentario, es que la "loca entrañable" sea la que sale peor parada. En cierto modo, Jane Campion parece renegar del "no vayas al bosque, niña" pero cambiándolo por "para ir al bosque, niña, vuélvete lobo". Y así seguro que no le encuentras la pestaña. ;)

Esther dijo...

Mare, hace mucho que no paso por aquí... Para Pepe: en cierto sentido tienes razón, nadie puede meterse en el bosque y esperar salir ileso, si no aprende a sacar su "lobo" (o "Cisne Negro" que diría ya ahora), no es triste en cuanto que aprendes a ser "Ser humano" (más completo), aunque lo es en el sentido que se pierde la inocencia...
Para J. Antonio: Es cierto que Campion en muy Linchiana, y la novela (que no es de ella también lo es) pero precisamente aquí, eso a lo que tú no le concedes tanta importancia, la mirada femenina, no es sólo una diferencia vacío, es en sí LA HISTORIA, es decir TODO. Cuando me dices que los personajes no te parecen creíbles, creo que puedes estar más cerca de comprender lo poco creíbles que he percibido yo históricamente (a lo largo de mi historia audiovisual) a los personajes femeninos retratados por tantos hombres- autores, tan geniales y reconocidos como eran...

Chicos... espero un poco más de vosotros...