martes, 30 de septiembre de 2008

GOLFA REMEMBER: Invasión Secreta

Las siete golfas originales

Propuso: Miguel
Ciclo: I
Rememora: José Antonio

No sé lo que está pasando a mi alrededor. La gente que me rodea ya no son las mismas personas. Son pequeños cambios, apenas perceptibles, pero que indican que ya no son ellos. Todo empezó desde que empezamos a reunirnos los miércoles en casa de mi hermano para ver películas. Iván empezó trayendo “Cantando bajo la lluvia” y “Entre copas” y acabó con “Pi” y “Permanent Vacation”. Laura, por su parte, ya ha dicho que va a traer “La jungla de Cristal”. Belén era fanática de lo oriental y ahora está con un cubano. Mi hermano ha empezado a hacer urbanizaciones que emulan la arquitectura griega clásica. Alberto ya no se levanta cada cinco minutos durante las películas y Amalia no se pierde ni una. Ha conseguido el carné de socia y todo (Bienvenida al club). El otro día, pillé a Juli escuchando la Ser y Pepe dice que deja de ser funcionario para pasarse a la empresa privada. Quizá no ocurra nada y todo sean imaginaciones mías. Me he fijado que mi hermano va mucho al vivero y mete todas esas macetas raras en la terraza. No he querido decírselo a nadie, pero he pillado a alguno durmiéndose en las películas. Mientras ellos cierran los ojos, las plantas crecen más deprisa. Por eso, me he hecho el firme propósito de no dormirme nunca en las películas. Ahora que lo pienso, esto puede ser aun más grave y no sé hasta dónde llegan las ramificaciones. Zapatero ya admite que hay crisis, Aznar es un latin lover y Bush está interviniendo la banca.

Sirva este pequeño prólogo para inaugurar la nueva sección revival de este blog. Su función es comentar las películas que se proyectaron cuando todavía no estábamos en la red. Quizá con la perspectiva del tiempo, las podamos ver ahora de manera diferente a como lo hicimos cuando se proyectaron en su día, sin que esto quiera decir que nos ha suplantado un extraterrestre. De otras, cuyo nombre no voy a recordar, creo que seguiremos pensando lo mismo. Mis disculpas a todos aquellos que no hayan sido citados en la introducción, pero a veces la imaginación es limitada y no se me ocurría nada.

Por si alguno no lo ha pillado todavía, la película de la que estamos hablando es “La invasión de los ultracuerpos”, que tiene el honor de ser la primera que se proyectó en los Golfa. Realizada en 1978, es un remake de otro filme clásico de los años cincuenta del que existen otras dos versiones (en total, son cuatro. Las mejores, la original y ésta). Es la historia de una invasión extraterrestre. Los protagonistas descubren con horror que mientras sus vecinos duermen, sus cuerpos son reemplazados por otras criaturas que crecen de unas extrañas vainas.

La película original era una metáfora sobre la paranoia americana en lo años 50 con la infiltración comunista. La versión de Philip Kauffman se centra más en el terror y es un relato sobre la supervivencia en la lucha entre especies. Se trata de una película muy respetuosa al 100% con el argumento de la original, pero que consigue a través de un enfoque distinto hacer una obra nueva. Como muestra de este respeto, hay incluso cameos tanto del protagonista como del director de la versión de los años 50. El final es mucho más aterrador e impactante en ésta frente a la versión clásica, que dejaba abierta la posibilidad de un “happy end”. También hay que decir que el final de la original fue impuesto por la productora. Sin embargo, y a pesar de estas injerencias creativas, es uno de los momentos más recordados, con esa ominosa amenaza de “Están por todas partes” pero la esperaza de que se puedan combatir.

¿Os han regalado alguna extraña planta últimamente? Cada vez son más quienes se quieren apuntar a estas sesiones de cine Golfa. Están por todas partes.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Cosas que nunca te dije


Propone: Belén
Comenta: Juli

Dicen que lo malo de esta película es que realmente nunca salen esas cosas que nunca se dijeron.

En sentido estricto es así, no habla exactamente de las cosas que faltaron por decir cuando una relación se rompe de manera abrupta y una de las aprtes no está de acuerdo.

Pero sin hacer alusión a esas cosas, en la película sí que sentimos que se expresan. Ella, la que no está de acuerdo, de repente se ve perdida, nada tiene sentido. Su novio la deja en un viaje al extranjero y no tiene la valentía suficiente como para decírselo a la cara. Sólo una cobarde llamada de teléfono y un plan de vida que se quiebra.

¿Y ahora qué? Como dice Marc Anthony, "me miro y lloro en el espejo y me siento estúpido, ilógico..." ¿Dónde puedo expresar ahora la frustración de esa vida incompleta que de repente me ha sido arrebatada? ¿Cómo salir de este abismo al que he caído súbitamente y por sorpresa? ¿Con quién hablar, desahogarme, en una ciudad hostil que no es la mía, a la que llegué por la ilusión de un amor? el teléfono de la esperanza. Alguien que te escucha y que no tienes pudor en desnudar tu alma.


Pero no es suficiente. Otra vía de escape: las cintas de vídeo. Ahí te lo voy a contar todo. Ahí te voy a decir las cosas que nunca te dije, tal vez por creer que no era necesario, que se sobreentendía, que como tú las sabías, todo el mundo también lo sabía, incluido él. Cintas y cintas donde hablabas de amores, de odios, de cariño, de celos, de venganza. frustración. Se ha roto y no he podido evitarlo. No he hecho nada y lo más duro es que pensaba que no tenía que hacer nada.

La película no tiene mucho más. Alguna nota de humor aislada. el vecino pajillero que sueña contigo y que crees que enviará tus cintas de vídeo, aunque las utiliza para que crezca su vida autosexual. El encuentro con otro ser solitario, que te ha escuchado desde el otro lado del teléfono, aunque nunca lo sabrás, con otra vida carente de sentido, que oculta su soledad con desgracias ajenas, con un corazón bueno y vacío que está deseando abrirse a quien sea capaz de llenarlo. Y más personajes que van poblando la película.


Fundido en negro, se encienden las luces, sensación de que es una película íntima y preciosa, pero que hoy, cuando escribo, y han pasado un par de meses desde entonces, casi no recuerdo.


Por cierto, hay una cosa que no he dicho y es que esta es una película de Isabel Coixet y que nos puso Belén.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Esa extraña pareja

Propone: Carlos
Comenta: Lorena

Un cámara de televisión recibe un fuerte balonazo durante el transcurso de un partido de fútbol americano. El liante de su cuñado, un abogado listillo y avispado, le convence para que se finja imposibilitado y así estafar al seguro y sacar una buena tajada. El cámara, de intachable conducta y buen corazón, se deja llevar a ante la posibilidad de recuperar así a su ex mujer.


Con este argumento, Billy Wilder nos ofrece una ácida comedia protagonizada por la excelente pareja formada por Jack Lemmon y Walter Matthau.

Con En bandeja de plata, al igual que ya hizo en El apartamento (vista en el segundo ciclo) Wilder ataca directamente al materialismo. El personaje protagonista –Lemmon- acaba haciendo algo inmoral a cambio de obtener una mejora en su situación económica y social. Disfrazado de una persona noble e incorrupta, acaba sucumbiendo ante las mieles que le ofrecen el pícaro de su cuñado –Matthau- y la aprovechada de su ex mujer, que ven la posibilidad de llenarse el bolsillo a costa del bobalicón de Lemmon. Tan sólo el pobre “Boom Boom”, el entrañable centrocampista que lanzó el balón, conseguirá despertar en él la honradez necesaria para deshacer todo el entuerto.

Con esta película, el tándem Lemmon-Matthau inició su andadura como pareja cinematográfica. Después participaron en otras nueve películas, dos de ellas nuevamente a las órdenes de Wilder. En mi opinión, en En bandeja de plata, Walter Matthau se come literalmente a Lemmon en su interpretación. Tal vez tuviera algo que ver el infarto que padeció el actor durante el rodaje debido a sus excesos (tabaco, mujeres…) y le mantuvo alejado del mismo durante un tiempo. A su vuelta, tras adelgazar ¡¡20 kilos!! y ser obligado a cuidar su dieta y hacer deporte, parece ser que el carácter se le agrió un poco y abordó el personaje de abogado canalla con cierta agresividad que tal vez no hubiese sido capaz de mostrar en otras circunstancias.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Árboles Genealógicos

Propone: David
Comenta: Pepe

Parece que en este ciclo nos ha dado un poco por las relaciones familiares, un tema que de tan jugoso que es se quedó en bastante poco cuando vimos Familia Rodante, pero de eso ya nos ha hablado, y muy bien, José Antonio. También Hacia rutas salvajes, El hijo de la novia e incluso En bandeja de plata o Matar a un ruiseñor, de las que hablaremos próximamente, exploran las enmarañadas ramas de los árboles genealógicos desde distintas perspectivas.

Aquí de lo que vamos a tratar es de Familia, a secas. Se trata de una película de 1996 que supuso el debut en la realización de Fernando León, que pasó el examen de la opera prima con muy buena nota y luego nos ha ido regalando una serie de películas con una temática más social como Barrio (1998), Los lunes al sol (2002) o Princesas (2005). Todas muy chulas.

Fernando León venía de una fructífera carrera como guionista de cine y TV, y eso se nota, ya que el punto fuerte de la película es precisamente su guión, cómo va hilando las situaciones para producir escenas que pueden hacernos reír, emocionarnos o crisparnos… y sobre todo, y eso es muy de agradecer en los tiempos que corren, sorprendernos con hábiles giros en la historia. Así que si no has visto la película, te recomiendo que te saltes el siguiente párrafo, en el que la destripamos un poquito.

En Familia, un grupo de actores es contratado por un excéntrico solitario (Juan Luis Galiardo) para que se hagan pasar por su familia en el día de su cumpleaños. Lo más interesante de la película es cómo combina los diferentes niveles del relato. La familia ficticia y sus relaciones se solapan con las relaciones verdaderas de la compañía de actores, que también forman una peculiar familia, cuyas reacciones son al fin y al cabo tan ficticias, tan sujetas a convenciones, como las de los personajes a los que interpretan.

En mi opinión, eso es precisamente lo que la película se pregunta, si en las familias estamos permanentemente interpretando nuestro propio papel, si hay un guión al que nos ajustamos, si, en suma, todo es un puro convencionalismo, o dicho de otro modo, una mera representación. Yo no me atrevo a responder, pero añadiré que, como creo que diría el protagonista de la película, por muy convencional, extraña, ficticia o peculiar que sea tu familia, siempre es mejor eso que pasar solo el día de tu cumpleaños.

Sólo una cosa más, dedicada a Iván y a modo de corolario: Estas cosas me vinieron a la cabeza mientras me divertía viendo Familia. En Familia Rodante miraba el reloj.

martes, 16 de septiembre de 2008

Atrapados en la carretera


Propone: Alberto
Comenta: José Antonio

La abuela Emilia, tras la fiesta de su 84 cumpleaños, decide aceptar la invitación que le ha hecho su sobrina para ser su madrina de boda. La ceremonia se celebra a 1.500 kilómetros de distancia y, como buena matriarca, arrastra a toda su familia a un viaje en una autocaravana con la que recorrerán hacinados todo el país y con la que nos regalarán 103 minutos de insufrible aburrimiento. "Famila Rodante", película argentina del año 2004, fue la propuesta que nos hizo Alberto en una de nuestras recientes sesiones de nuestro cineclub Golfa.


La tercera película del argentino Pablo Trapero es una road movie que narra las peripecias de esta familia en una chatarra que se rompe cada dos por tres y bajo un asfixiante calor, sin aire acondicionado. Pese a las buenas intenciones del director, la comedia que se insinúa al principio jamás llega a cristalizar, obligando al espectador a consultar continuamente su reloj para despejar una pregunta que siempre se repite incisivamente en esos viajes largos cuando se va con niños: " ¿Falta mucho?"


Hay buenos personajes en potencia, pero apenas se les consigue arrancar esos momentos en los que comprendes por qué te gusta el cine. La matriarca, el bonachón cascarrabias, el niño travieso, el cuñado urbanita y tocapelotas, los tres adolescentes con las hormonas desatadas y otros de los que no te has dado cuenta de su existencia cuando la película ya supera la hora de duración, como es el caso de la joven madre maltratada.


La película es la historia de un viaje coñazo. El hecho de que uno se aburra viéndola no quiere decir que el director haya conseguido transmitir lo que quería. El aburrimiento es consecuencia de las limitaciones de la película. El cine hace reir, llorar, pasar miedo, emocionar, pero no aburrir.

Habrá que esperar un remake de Hollywood, en el que un terminador venga del futuro a eliminar a la vieja antes de los 83 años y así evitar que este insufrible viaje tenga lugar alguna vez. Almenos algunos nos divertiríamos más.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Lágrimas en la lluvia

Propone: Laura
Comenta: Pepe

¿Qué se puede decir de una película de la que se ha dicho ya tanto? Referente indiscutible del cine de las últimas décadas, Blade Runner (Ridley Scott, 1982) es una de esas películas imprescindibles que en el momento de su estreno pasó más o menos desapercibida para convertirse con el paso de los años y por derecho propio en el ejemplo más claro de eso que los críticos llaman película de culto.

Todo transcurre en el ambiente asfixiante de una gran ciudad del futuro cercano (cada vez más cercano) donde un policía desencantado se dedica a perseguir androides mientras sospecha que las máquinas que “retira” tienen al menos tanta humanidad, si no más, que él mismo. Con referencias al cine negro clásico (mujer/androide fatal incluido) y con una nueva visión de la ciencia ficción a años luz de los asépticos entornos del 2001 de kubrich y similares, la película nos introduce a través de una hipnótica banda sonora firmada por Vangelis, en los sentimientos y sensaciones del protagonista, en su peripecia interior, articulando a la postre toda una reflexión sobre aquello de lo que habla el arte desde el principio de la humanidad: Vida, amor, muerte, eternidad, …

Como curiosidad, diremos que la película se ha estrenado ya en tres versiones distintas a lo largo de sus 25 años largos de vida. En 1992 se estrenó un montaje del director, que es el que vimos en el cineclub, que prescindía de la voz en off de la primera, incluía la famosa escena del unicornio (que da pistas sobre la verdadera identidad del protagonista) y dejaba un final más abierto, en lugar del happy end de 1982, que fue impuesto por la productora. En 2007, se conmemoró el 25 aniversario con un “final cut” que es, a parte de una escena nueva más bien prescindible, una remasterización de la película del 92.

Dejaremos al gusto de cada uno quedarse con una u otra versión. Antes de dejar paso a la polémica, os dejo con este momentazo de profundo lirismo, en el que un atónito Harrison Ford ve morir a su más íntimo enemigo, que acaba de salvarle la vida.


miércoles, 3 de septiembre de 2008

El hijo de la novia

Propone: José Antonio
Comenta: Juli

Se abre el telón y aparece Natalia Verbeke.

Surge un mientras tanto y de repente personajes van llenando la pantalla:

El abuelito romántico enamorado de su esposa enferma.

La abuelita en un centro especial para personas aquejadas de Alzheimer.

Son los novios.

El hijo de la novia, que da título a la película. Es un tipejo bastante asqueroso, adicto al móvil y al trabajo.

Naty, la Verbeke, la novia del hijo. ¿Cómo puede estar tan enamorada de alguien que pasa tanto de ella? ¿Es real el tópico de que cuanto más pasas de alguien y más lo puteas, más se cuelga de ti?

La nieta de la novia. Habla con tal acento argentino que no se le entiende una mierda.

La exmujer. Ha rehecho su vida con un tipo que va a comprar comida con pantalones cortos y calcetines largos. A veces parece que recuerde la frustración que le supuso enamorarse del exmarido.

El psiquiatra. No sale ninguno, pero como todos son argentinos, todos están o han estado en terapia. Además, todos ellos son un poco psiquiatras o psicólogos.

El amigo de la infancia: va perdido por la vida y se reencuentra con el protagonista. Es el típico graciosillo.

Y se van sucediendo escenas: que si el trabajo de Rafa (Ricardo Darín, el hijo de la novia), que si las visitas del viejito a su viejita, etc, hasta que se plantea la causa principal de la película: el anciano quiere casarse con su mujer, pero esta vez por la iglesia. Y como dijo Cervantes en la obra cumbre de la literatura mundial: amigo Sancho, con la Iglesia hemos topado.

A mitad de película, la transformación: Rafa tiene un infarto y de pronto, ya no le interesa el trabajo: le interesa la vida, su vida, los suyos. Por arte de magia, ahora es un tipo estupendo, encantador, jovial, divertido, y que pone ante todo a los suyos, a la gente que quiere. Vamos, como yo.

Todos sabemos que debemos trabajar para vivir, y no vivir para trabajar, aunque a veces queremos llenar huecos de la vida trabajando porque sintamos que está vacía (qué cosas más profundas digo!).

Sigue la película, blablabla, y al final, lagrimones de emoción.

Como reflexión personal, diré que la película es preciosa, muy bonita, y el drama de esta historia (el alzheimer) está tratado con una ternura exquisita, aunque la primera vez que la vi, se me caían unas lágrimas como puños y esta vez no. Aunque eso es una cuestión fisiológica y se debe a que actualmente, debido a mi reciente operación de alargamiento de …, ¡uy! quiero decir, mi reciente operación de la vista, lloro de fuera hacia dentro, con lágrimas artificiales para lubricar mis globos oculares, pero eso es otra historia.