martes, 27 de mayo de 2008

Shakespeare connection

Propone: José Antonio
Comenta: PepeEl lenguaje gira y gira y se retuerce,sin posibilidad de redención para la verosimilitud. ¿Pero quien quiere verosimilitud teniendo belleza? ¿Para qué narices vas a pedirle agua a tu churri si puedes decirle “sé veloz como Mercurio y con la gracilidad de Diana porta el tesoro del reino de las Ninfas oh dulce como tarde de estío”?

Por otro lado, los temas elevados y banales no existen. Son la misma cosa. Los culebrones de sobremesa y los grandes clásicos salen del mismo sitio, hablan de los mismos temas. “La diferencia es el arte”, escribió Irvin que escribió Garp. El talento, podríamos decir. La forma, pero no sólo. El contenido da la importancia, es la forma la que consigue la emoción. No puede haber estética sin ética, nos decían. A mi el silogismo me funciona en simetría: Sin estética,no hay ética que valga. El arte, como escribió Irvin que escribió Garp, es eso que combina forma y contenido, ética y estética. Y cuando sale bien es milagroso. Es grandeza. Y en el siglo XVI hubo un inglés al que le salía bastante a menudo.

El fulano se llamaba William Shakespeare, y dice el tópico que si hubiera nacido en el siglo XX hubiera sido guionista de cine. Majaderías, seguramente. Los si fuera (que me perdone Rafaella) son sandeces, pero una cosa es verdad: es quizás el autor clásico más adaptado, sus historias aparecen una y otra vez, abierta o veladamente. Y es que es algo más que gente declamando en mallas. Es contemporáneo, es moderno, precisamente porque es clásico, porque es atemporal.


Y así hemos cerrado una trilogía (una tetralogía, si contamos la proyección fuera de concurso de Mi Idaho privado), dedicada a adaptaciones de obras de Shakespeare, de las más canónicas (Brannagh), a las más audaces (Gus Van Sant), pasando por la mezcla respetuosa (Welles) y acabando con este Forbidden Planet (Fred M. Wilcox, 1956), que adapta La Tempestad situándola en un futuro de naves espaciales, muchachos multihormonados, muchacha con ganas de experimentar, robot michelinoso y viejo científico loco y mentalista. Como curiosidad no tiene precio. Lástima que la diferencia sea el arte. Encanto tiene.


viernes, 23 de mayo de 2008

Las amistades peligrosas

Propone: Pepe
Comenta: Laura



En 1988 Stephen Frears, siguiendo un guión impecable de Christopher Hampton, basado a su vez en la novela epistolar de Choderios de Lacios, nos cuenta en imágenes una magnifica historia…

Señoras y Señores, se levanta el telón!!

Los últimos ensayos frente al espejo y la ficción de una ficción. Mentir, fingir, sufrir tras bambalinas cual payaso de circo. Dar excesivo poder al ego y convertirse en Gregorio Samsa, dejando las blandeces aparentemente a salvo bajo un caparazón de control y limitación. Ser prisionero de uno mismo. Victima y verdugo, degollando a propios y ajenos en un combate en el que el arbitro-campeón lucha contra ciegos.
¿o no…? El combate pasa a ser sangriento cuando el luchador no es ciego y busca los pliegues débiles del caparazón y hiere mortalmente antes de teñir de rojo el ring.

El caparazón se rompe, y las blandeces desmaquillan al personaje frente al mismo espejo ante el que ensayaba su fortaleza.

Quizás eligió el personaje equivocado, tal vez, uno no puede elegir movido por la debilidad que provoca el ego.

Una historia redonda…espectacular.



miércoles, 21 de mayo de 2008

El buen marxismo

Propone: Belén
Comenta: Juli




Y no se trata de una gansada, ya que no hablamos de esa ideología polémica que tuvo su auge y su decadencia en el siglo pasado, sino del humor de los Hermanos Marx, que nos dio una noche de carcajadas con su Una noche en la ópera. Se trata de las aventuras de unos personajes estrambóticos embarcados en el mágico mundo de la ópera y en un trasatlántico camino de Nueva York.

Y es que resulta que hay unos señores en Europa que actúan en óperas y la señora mayor obesa y ricachona que sale en todas películas de los Hermanos Marx (Margaret Dumont), se ve enredada por Groucho, como en todas las películas de los Hermanos Marx, para que financie espectáculos operísticos en Nueva York. Así es como contratan, desde la parte contratante de la primera parte a la parte contratante de la segunda parte, que es la novia del guapo de la saga familiar y parten rumbo a Nueva York con el susodicho guapo, el mudo y el comedor de spaguettis de polizones.

Como tales, se encierran en un camarote pequeñito donde se supone que duerme el del mostacho pintado estilo Cachuli. La estancia es algo así como una alcoba en uno de los minipisos de la Trujillo, y de repente, empiezan a llegar personas con los más estrafalarios motivos: que si tienen teléfono (he de señalar a los jóvenes lectores que aún no existían los móviles), que si donde está mi tía, que si soy el fontanero y vengo a sanear la instalación... ¡Y porque tampoco existía Telepizza, que si no, también hubieran venido!

Esta escena es muy famosa y tiene hasta su propia frase célebre: Más concurrido que el camarote de los Hermanos Marx: pues era ese, y es este:



Tras las carcajadas que este suceso provocó en la audiencia de la sesión Golfa, vino un momento de relax para el cigarrito y tal con momentos de música: los Marx cantan, menos el mudo que toca el piano y el arpa y Groucho, que solo afina sus cuerdas vocales para decir tonterías.

Y asi, entre gansada y gansada, llegan a Nueva York, ganan los buenos y el guapo liga con la protagonista que ya era su novia cuando empezó la película.


viernes, 16 de mayo de 2008

Cien eran cien: el concurso (7)

Pues sí, de nuevo un acierto masivo. Siete votos creyeron que se tratba de Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes, y tenían razón. Sólo un votante suspicaz opinó que no se trataba de la Hepburn, quizás porque pensó que hubiera sido un crimen tapar sus ojos con un antifaz.

Con el aspecto lujoso de la escena y el cabezal de forja de cierto aire europeo hubiera sido lógico pensar que se trataba de Dos en la Carretera, pero la pista definitiva estaba recortada a la izquierda, sólo se veía un trozo:

Efectivamente, si abrimos la imagen, vemos que se trata del gato de la protagonista, que debería haberse llevado un oscar a mejor actor secundario por su presencia encantadora en la película. Esta es la foto completa:


Y nada más. Ya tenéis la siguiente pregunta. Por ahora, disfrutad de unos momentos musicales de esta peli tan chula y emblemática que programó Iván aunque parezca mentira. ¿ O es que quizás, si lo analizamos en profundidad, la protagonista de esta película es también el típico personaje de los ivanazos?

lunes, 12 de mayo de 2008

VII EDICION PREMIOS DEL CINECLUB

En una gala dominada por la sobriedad y la sencillez, se llevó a cabo la elección de las películas ganadoras de los premios a mejor y a peor película del ciclo VII de nuestro club, el ciclo del centenario, podríamos decir, resultando ganadora doce hombres sin piedad, ópera prima del gran Sidney Lumet.


El premio a la peor película también recayó en un clásico: volvió a ganar una película propuesta por Iván. En esta ocasión se trató de la habitación verde, de François Truffaut.





sábado, 10 de mayo de 2008

Dos licenciados con distinta profesión: Roger Corman versus José Luis Moreno.


Propone: Julián
Comenta: Iván

Una vez, al filo de una lúgubre media noche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia, cabeceando, casi dormido, oyese de súbito un leve golpe, como si suavemente golpearan contra el cristal de mi televisor, donde surgió un rumor quedo ¡TOMA MORENO! El grito de un cuervo, el del Moreno.
El cuervo de Poe reencarnado en Rockefeller. Corman es conocido por su increíble capacidad para hacer películas de bajo presupuesto y no perder dinero. Al igual que nuestro insigne médico; cada programa que produce termina siendo una noche de fiesta. A los cuervos le gustan mucho los objetos brillantes.

El ingeniero y el ventrílocuo son capaces de jugar en el lodo y salir sin rastro de mancha. Ya sabéis que José Luis es productor de otra cultura con igual éxito, y de la cámara de Roger surgieron insignes directores y actores.

En fin Pilarín, la peli está basada en un poema de Edgar, y tiene ese queseyoqueyoquese de lo cutre, que enternece.

Si hay algo exótico en todo esto (aparte de los increíbles jerséis de Moreno) son los efectos especiales del cuervo, el magnífico trabajo del director de fotografía, y la introducción de vuelo de cámara en 180º.